Como si estuvieran presentes
Arrate Iraolagoitia
¿Qué cambiaría si las familias oyeran todo lo que nosotros/as (el equipo reflexivo de terapeutas) vemos y aprendemos de ellas?
Tom Andersen, psiquiatra Noruego, fue conocido y respetado por haber aportado esta visión de los equipos reflexivos (“Reflecting Teams”) en la terapia familiar.
Propuso, pues, que las personas consultantes pudieran escuchar la conversación del equipo reflexivo; y pidió a los terapeutas respetar algunas premisas a la hora de hablar:
- Todos los terapeutas hablan en primera persona.
- Eligen un lenguaje apreciativo intencionadamente.
- Se permiten dudar de lo que dicen: no es una verdad categórica, no es un diagnóstico. Lo comentan planteando preguntas como “¿Me pregunto qué pasaría si…?
- Nadie da consejos a la familia presente.
- Se refieren únicamente a lo que la familia ha hablado. Conversan sólo de lo que se habló, no añaden nada más.
Comprobaron la potencia que tiene hablar delante de todos, respetando los acuerdos mencionados, y después preguntar a las personas que han escuchado – ¿Cómo ha sido para vosotros/as escuchar lo que acabáis de escuchar?
“Las palabras forman nuestros significados y éstos influyen en cómo vivimos” (Tom Andersen).
Lo que permite el Equipo Reflexivo es generar procesos de meta-observación, una técnica para meta-dialogar de manera colectiva y con unas reglas que garantizan un espacio seguro.
Me parece interesante llevar esta misma reflexión o visión también a otros ámbitos y sistemas, como por ejemplo a los equipos que acompañamos en diferentes organizaciones y empresas:
¿Cómo serían nuestras conversaciones si habláramos sobre las personas como si estuvieran presentes?
¿Cómo diríamos lo mismo pero de manera distinta? ¿Qué palabras elegiríamos?
¿Desde dónde estamos conversando y qué estamos creando en el equipo o en la organización?
¿Cómo dejamos que las palabras de los otros resuenen en nuestros corazones?
La ética de la conversación y su poder transformador…todo un temazo.
¡Feliz semana!